Por Sara Sefchovich | escritora e investigadora en la UNAM
En un artículo recuente, la periodista Ana Paula Ordorica presenta los salarios de los militares, de acuerdo con información proporcionada por el IFAI que usa datos del 2009:
Salarios de Militares
- Categoría más alta: General de servicios, gana aproximadamente $ 173,000 pesos mensuales.
- Categoría más baja: Soldado raso, gana aproximadamente $ 7,500 pesos mensuales.
Según el investigador Guillermo Sheridan, en un artículo de hace dos años, los salarios de los investigadores de la UNAM eran de:
Salarios de Investigadores (UNAM)
- Categoría más alta: profesos-investigador Titular C de tiempo completo con los más altos niveles gana aproximadamente $ 84,000 pesos mensuales, menos impuestos y otros descuentos.
- Categoría más baja: investigador-asociado A de tiempo completo gana aproximadamente $ 8,000 pesos mensuales más ayudas para despensa y material didáctico.
A simple vista resulta obvia la significativa diferencia entre la valoración que se le da a un general y a un profesor-investigador. El nivel más alto al que puede llegar este último es menor que el de un coronel, y eso después de décadas de trabajo y de pasar complejas evaluaciones. Supongo que esta valoración se estable con base en la suposición de que el país necesita más a los militares que a los académicos. Quienes creemos que la educación y la investigación son claves para México no estamos de acuerdo, pero es obvio que quienes autorizan los presupuestos sí.
Y más todavía: es precisamente esta gente la que además considera que un diputado o un funcionario le hacen más falta al país que los militares y que los académicos. Por eso el sueldo nominal de un diputado:
Salarios de Diputados/Funcionarios
- Un diputado gana aproximadamente $ 150,000 pesos mensuales, y con todas las compensaciones que se le agregan ronda los $ 218,000 pesos mensuales.
- Un funcionario con los niveles más bajos de salario gana más o menos lo mismo que un profesor-investigador y un soldado raso.
Y es que muchísimos jóvenes que tienen estudios no tienen trabajo o lo tienen mal pagado. En una serie de entrevistas llevadas a cabo recientemente para conseguir un ayudante temporal para su investigación, un colega se encontró con el siguiente cuadro: lanzó por las redes sociales la oferta de una plaza y recibió más de 60 respuestas de personas con estudios de posgrado y experiencia, que, sin embargo, estaban dispuestos a aceptar un ¡salario mínimo! con tal de conseguir empleo. Eso sí que es la desgracio nacional.
Por eso habría que repensar el discurso de moda según el cual la mejor manera de apoyar a los llamados ninis es hacer que estudien. Eso no es del todo cierto, pues muchas veces el título no basta para conseguir trabajo o salario digno.
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