Museo Nacional de Antropología / Miércoles, 25 de Julio de 2012
Recientemente se celebraron los 400 años del inicio de las relaciones entre Japón y México. Durante casi cinco años, el INAH ha presentado diversas exposiciones arqueológicas en numerosos recintos museísticos del Japón. Destaca la exposición Esplendor del México Antiguo: los Olmecas, presentado en cinco ciudades: Kyoto, Tokio, Kitakyushu, Nagoya y Kagoshima, apreciada por más de 150,000 personas entre los años 2010 y 2011. Como acto de reciprocidad, el INAH ha negociado con el Museo de la ciudad de Nagoya la presentación de una gran exposición, con cerca de 185 obras, dedicada a los grandes guerreros de Japón, los Samurái.
La exposición muestra diversos aspectos de la época de los samurái contextualizados a través de unidades temáticas: la visión del mundo y la situación político-social de Japón antes del siglo X, el aspecto militar de la clase samurái entre los siglos XII y XVII, la importancia del castillo de la ciudad de Nagoya durante la consolidación del poder de los samurái y, por último, el esplendor de la ciudad y de la cultura japonesa a partir de la edificación del castillo, así como el importante papel que jugaron los samurái en la construcción del imaginario japonés moderno.
Breve historia de los samurai
El origen del samurái data del siglo X y se fortaleció al concluir las Guerras Genpei (1180-1185 d.C.) cuando fue instituido un gobierno militar bajo la figura del Shōgun. Este cambio produjo que el Emperador de Japón quedara a la sombra del Shōgun como un mero espectador de la situación política del país. El momento cumbre de los Samurái tuvo lugar durante el período Sengoku (1467-1568), una época de gran inestabilidad y continuas luchas de poder entre los distintos clanes existentes, por lo que esta etapa de la historia de Japón es referida como «Período de los Estados Combatientes».
El liderazgo militar del país continuaría a manos de esta élite hasta la institución del shogunato Tokugawa en el siglo XVII por parte de un poderoso terrateniente samurái llamado Tokugawa Ieyasu, quien paradójicamente, al convertirse en Shōgun, luchó por reducir los privilegios y estatus social de la clase guerrera, proceso que finalmente culminó con su desaparición cuando el emperador retomó su papel de gobernante durante la Restauración Meiji en el siglo XIX.
El periodo de los Samurái es reconocido en Japón no solo por su poderío militar y político, sino por el importante aporte a la cultura de Japón en relación con la religión, el arte, la administración y muchos otro aspectos fundamentales para comprender al Japón moderno.
Horario (Museo Nacional de Antropología): Martes a domingo de 9:00 a 19:00 hrs.
Dirección (Museo Nacional de Antropología): Av. Paseo de la Reforma y calzada Gandhi s/n, Col. Chapultepec Polanco, Delegación Miguel Hidalgo, C.P. 11560. México, D.F.
Costo: $60.00 pesos (aproximadamente) ------
> Domingos entrada libre :)
Lugar: Sala de exposiciones temporales.
Duración de la exposición: Del 27 de Julio al 21 de octubre de 2012.
Recomendaciones: La recomendación es visitar dos veces la expo: "Samurái. Tesoros de Japón", debido a que habrá un cambio de piezas a los 45 días, ya que algunas de estas son bastante delicadas. La duración de la expo es de 90 días. !Los esperamos!
Informes en: Promoción Cultural del Museo Nacional de Antropología, Tel. 5553-6381 y 5553-6386, correos: jorge_ruvalcaba@inah.gob.mx y promocion_cultural@inah.gob.mx
Historia de los samurái (más amplia)
La muestra Samurái. Tesoros de Japón,que abrirá en días próximos, incluirá una espada de más de 300 años de antigüedad, que perteneció a la familia del guerrero Ieyasu Tokugawa, triunfador de la última gran batalla librada en 1600 entre los diversos señoríos samurái y unificador de Japón, será mostrada en una exposición temporal procedente de ese país asiático, que abrirá al público en el Museo Nacional de Antropología este fin de semana.
Dicha
katana, que data del siglo XVIII (y mide poco más de 100 centímetros), es considerado tesoro de la Provincia de Aichi, Japón, debido a su importancia por haber pertenecido a ese linaje que detentó el poder de 1600 a 1868.
El sable de acero —conocido como
katana (que en español significa filo único, o de un solo corte)— tiene una funda de madera lacada de color café y diseños en dorado, así como un cordón verde con café al nivel de la empuñadura; mide poco más de un metro. Ésta y otras decenas de piezas que se exhibirán en México, proceden de la Ciudad de Nagoya, ubicada en la Provincia de Aichi.
Ieyasu Tokugawa fue el guerrero samurái que hace más de 400 años, durante la última gran batalla
(llamada Sekigahara), enfrentó a los principales señores y clanes que luchaban por obtener el poder. Como
consecuencia de esa guerra, el célebre combatiente mandó edificar el Castillo de Nagoya —del cual se podrá observar una maqueta—, como reconocimiento de su triunfo, mismo que fue construido por los grupos derrotados, como símbolo de servilidad y lealtad al señor vencedor.
"Esta muestra, curada por arqueólogos nipones del Museo de la Ciudad de Nagoya, retrata al Japón de los siglos VII al XIX, en los cuales se desarrolló la cultura de los samurái, grandes señores de la guerra que eventualmente tomaron el control del país por encima del propio emperador que, aunque siempre estuvo presente, perdió influencia y poder", explicó Miguel Báez Pérez, coordinador académico de la exposición internacional.
Los samurái tienen su origen en la cultura japonesa Kofún, que se desarrolló de los siglos III al VII, y se caracterizó por la práctica de la guerra a través de militantes obtenidos por reclutamiento. Años más tarde (de los siglos VII al X), comenzó la formación de clanes de guerreros al servicio de un señor, conocidos como samurái (palabra japonesa que en español significa sirviente), que transformaron la milicia como una forma de vida hereditaria y obligatoria que se aprendía desde la infancia.
De acuerdo con el coordinador de la muestra, a partir del siglo X fue instituido el gobierno militar bajo el cual los guerreros japoneses obtuvieron poder y reconocimiento social, lo que provocó que la figura del emperador pasara a segundo orden.
"Casi 300 años después —abundo Báez Pérez—, el poderío samurái se fortaleció durante el periodo Sengoku (1467-1568), conocido también en Japón como Periodo de los Estados Combatientes, debido a la gran inestabilidad y continuas luchas entre los distintos clanes existentes, entre los que destacan la familia Taira y el señorío Minamoto.
"Durante dicho periodo de batallas constantes se forjaron hermosas y detalladas flechas, arcos y, sobre todo, el arma por excelencia que todo samurái debía poseer: la
katana, símbolo de fortaleza y determinación".
Fue en el siglo XIV que surgieron cinco escuelas de forjadores de espadas, que continúan hasta nuestros días, pasando de generación en generación la enseñanza del difícil "arte" de la elaboración de katanas, que tardan hasta más de tres meses cada una, con tres personas dedicadas en su creación.
Primero se utiliza polvo de hierro sin impurezas, que es mezclado con leña y piedra de carbón para formar un metal de alta calidad, que es la materia prima con la que se hará la espada; 36 horas después los mejores pedazos de este nuevo material son elegidos por el maestro fundidor, los cuales son envueltas en papel y cubiertas con ceniza para evitar su oxidación.
Posteriormente, dicho metal es expuesto a más de 300 grados de temperatura para ser martillado varias veces, hasta lograr la fusión uniforme de todos los materiales y formar un solo bloque, mismo que es doblado a la mitad y martillado hasta 16 veces, característica propia de las
katanas.
A continuación, se hace el proceso de endurecimiento de la espada, para ello, el bloque de metal es cubierto de arcilla y carbón en polvo, que sirven como elementos de protección ante la altísima temperatura a la que será expuesta (800 grados centígrados); una vez caliente, al rojo vivo, la espada es sumergida en agua fría para que las partículas de acero se endurezcan.
Finalmente, se realiza el proceso de pulido y filo de las katanas, que los creadores de espadas hacen con ciertas piedras. "Los constantes martillazos, y el proceso de endurecimiento, otorgan a las espadas japonesas una característica única: una doble coloración, mucho más oscura en la parte gruesa, y un tono grisáceo más claro en el filo de la espada, donde se concentra el acero", explicó el arqueólogo Miguel Báez.
Samurái. Tesoros de Japón incluirá
katanas y
naginatas elaboradas por renombrados artesanos, las cuales se caracterizaban por tener grabado el nombre del lugar y la firma (
mei) del herrero o de la familia dedicada al forjamiento de espadas, lo que daba estatus al guerrero que las portaba.
Ejemplo de lo anterior es la
naginata, de 96 centímetros de largo y 2.6 de ancho, que fue hecha por la familia de herreros Unshō, como los refiere la firma que posee cerca del mango; esta arma data del siglo XIII o XIV.
En la exposición se mostrarán fragmentos de minerales, así como de los metales (acero y hierro) utilizados para la elaboración de las espadas, y se explicará el proceso metalúrgico a través de un video.
"Si bien los samurái utilizaron en su mayoría las hojas de espadas y
katanas en los siglos XII al XVI, anteriormente (durante los siglos X y principios del XI) los guerreros luchaban a caballo portando arcos y flechas, principalmente", mencionó el arqueólogo.
Al respecto, se mostrarán nueve puntas de flecha, de 13 y hasta 36 centímetros de largo hechas en acero, las cuales tienen diversas figuras en el remate, como el trébol, corazones y flores.
Fue hasta 1560 cuando los guerreros japoneses comenzaron a usar rifles durante sus combates, aunque solo por 40 años, porque después llegó la unificación japonesa y con ella el abandono de las armas, concluyó Báez Pérez.
Fuente: http://www.inahnoticias.mx/boletin1.php?id_boletin=769
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