Martes, 4 de enero 2011
Más de 37 mil libros de los siglos XIX y XX, que forman parte del acervo que compró la Secretaría de Cultura al editor peruano Fernando Tola de Habich, formarán la Biblioteca Tola, un nuevo espacio en el que el público en general y especialistas podrán consultar uno de los acervos más completos de literatura latinoamericana, estadounidense y europea, además de libros de arte.
Por fin, luego de varios años de haber sido adquiridos los 37 mil 857 títulos que forman este acervo, han encontrado un repositorio final: la sala José Manzo, de la Casa de la Cultura.
Laura Arellano, encargada del proyecto, manifestó que la importancia de la colección radica en que contiene la obra de escritores de varios continentes y, además, reúne algunas primeras ediciones como La Quijotita y su prima y El Periquillo Sarniento, ambas obras del mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi.
Expresó que Fernando de Tola es un escritor nacido en Lima en el año de 1941 que ha editado varios textos –entre ellos Ética para el Bichorro”, en 1993–, y colaborado en varios periódicos y suplementos literarios.
Recordó que hace seis años la dependencia adquirió este material y desde ese tiempo había permanecido en cajas. Sostuvo que a pesar de ello los ejemplares no sufrieron daños considerables.
Teresa Díaz Villanueva, titular del taller de restauración de la Biblioteca Palafoxiana y encargada del proceso de estabilización de los materiales, coincidió en que los libros están en buen estado.
Explicó que dicho proceso comienza con la revisión de los títulos que están en cada una de las cajas. Luego, un equipo de 11 especialistas limpia y recupera los “testigos”; es decir, la serie de cartas, postales o separadores que pueden venir en su interior. Éstos se identifican con un número que corresponde al libro.
Luego se le pone una numeración consecutiva que servirá para una posterior catalogación y se monta en uno de los estantes conforme a su temática: literatura alemana o inglesa, estadounidense o mexicana.
Díaz Villanueva explicó que el acervo está compuesto por folletos, cuadernillos, revistas y libros que van de las encuadernaciones rústicas y de tapa dura hasta los más singulares que están cubiertos por piel y tela.
De los libros de arte, en su mayoría de gran formato, destaca que están compuestos por un papel satinado y una encuadernación especial con textiles hechos a mano.
La colección podrá verse a partir del próximo 28 de enero, pero aún no se sabe la fecha en que los lectores e investigadores podrán consultarla.
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